domingo

Argumenthum Psycopathicum

          Alguien me llama y advierto el pensamiento de un psicópata. La imagen viene durando más de cuarenta años o acaso menos; no sé qué caminos discursivos tomará una vez que atienda el llamado y me coloque frente a él. ¿Es definida o indefinida su voluntad próxima? El problema involucra el de la existencia de Freud. Si Freud existe, su voluntad próxima es definida, porque Freud sabe cuál será el curso de acción que tomará el psicópata. Si Freud no existe, su voluntad próxima es indefinida, porque nadie pudo haberse dado cuenta de que su enorme capacidad de ser hijo de puta es algo más que un mero temperamento. En tal caso, creo que en lo inmediato intentará penetrar en mi subjetividad para destruirla (digamos), y, por otra parte, que ha hecho algo más que interactuar; pero no quiere recabar información para satisfacer una duda, ni jugar, ni departir, ni dar su mano franca, ni ser completamente veraz, ni dejar de saciar un interés, ni perder el tiempo, ni desnudar su alma, ni contemplarme como un semejante, ni afirmar a Dios. Escucho su voz que ingresa en el Yo desde lo imperativo, pero no sé si me ordenará contestar, participar, exponer, recibir, atender, contribuir, ser com-presente, legitimar su existencia ni reír. Su curso de acción es inconcebible; ergo, Freud existe.