lunes

Perdón

Perdón, chicos, no puedo escribir porque estoy sufriendo un estado de profunda tristeza. Sepan disculpar, ya llegarán los posteos. Gracias.

viernes

Elogio del tomate

          El bar ahora tenía nada más que un cualquiera leyendo y cuatro parranderos de jueves y sesenta años tomando café y cognac en la barra. Eran más de las doce de la noche y le pregunté al de la misma sonrisa que antes, cuando no entraba solo y esperaba a que eligiera la mesa o me preguntara adónde te parece; no será tarde para pedir algo de comer, no sé si cerraron la cocina, un sandwich cualquier cosa.

          Una chica no tan hermosa en lencería, un boxeador enamorado de la misma mujer tres décadas, uno que murió, oliva sobre el tomate que enrojeció más de lo que esperaba, la lechuga está tan verde pero el tomate es rojo rojo como un labio la televisión, los viejos se ríen sobre el cognac –las mujeres en la casa-, uno insiste en pagar, llegué tarde, tarde, se desarma el universo que me figuré vos te hacés una coraza mentira, una coraza de mentira y de faltas y entonces el tomate rojo rojo me ocupa y me celebra, invasión celebrada y asombrosa, la lengua reparte tomates deseados y fenecidos, tomate rojísimo sin planes de cemento alisado igual que el del bar pero en el living qué te parece, sin plantas en el jardín, la casa brotada de señales, tomate dichoso que se regodea en la boca mía y suya, la lengua reblandecida por el aceite, suavidades de viejo sin nadie, cognac de los locos, la dureza del cemento rugoso mirando hacia arriba con los ojos cerrados bebiendo el tomate un instante de ficción en el que el mozo ha venido hasta la mesa y pregunta con la misma sonrisa de entonces si está todo bien, y a pesar del llanto y del tomate con una mueca le doy a entender que siempre fui medio loco, y entiende y me sonríe como cuando pedíamos la copa helada y nos mirábamos y me deja otra vez solo, ahora que los viejos también se fueron dejando efluvios de cognac y de parranda poco tiempo después de haberme sentado y antes de que pasara lo que pasó y no va a volver a pasar, nunca.