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Cositas de papá (XI): La noche del 20 de junio de 1981

          La noche del 20 de junio de 1981 vi mi primera película "prohibida para menores de 14 años". Gobernaba el país el General Videla; entonces, pretender la entrada a pocos días de cumplir la edad reglamentaria era una aventura que me provocaba miedo. Mi amigo Fabiolo, que se cansó por décadas de enseñarme la vida sin que yo la aprendiera, me instaba a no ser boludo, a que si me pedían los documentos se los mostrara y listo. Fuimos a la función de trasnoche y apenas se vio una teta por pocos segundos: como un anuncio de lo por venir, esa primera vez no significó nada.

          A no ser porque, al día siguiente, al hurgar en el cajón de la ropa interior antes de ir a bañarme, encontré que mi madre había dejado un calzoncillo muy sucio entre los limpios: el que me había quitado la noche anterior, antes de ir al cine. El calzoncillo era blanco y estaba manchado con muchas vetas de caca. En silencio y atiborrado de vergüenza, lo tomé y lo lavé en la ducha. Desde ese día, la efectividad del método del psicópata hizo que, cada vez que marchara a bañarme, fregara también el calzoncillo que había usado durante el día, hasta pasados los 30 años, cuando pude comprarme un lavarropas propio. Papá, en cambio, continuó dejando los suyos usados, secos y en el estado en que estuvieran, en la pileta del lavadero.

          Días después de ese episodio, discutí con mi hermano, quien me mandó a que aprendiera a limpiarme el culo.

          Cuando mi padre lo amonestó ordenándole que se callara la boca, comprendí que todos sabían todo.