miércoles

          ...sí, sí, sí; pero hace veinte años estoy seguro de que NADIE iba a convencerte de que fuéramos al cine en vez de ponernos a coger; hace quince, diecisiete años ni por las tapas habrías cambiado una tarde de pelotudeo por una tarde de lectura; hace veinticinco años olías feromonas masculinas babeándote la entrepierna a los gritos -y ni qué hablar si el tipo trabajaba en una empresa con un sueldo seguro y en lugar de casa se compraba un auto- hace diez años tenías pendiente el ser madre y Maceió, no tenías pendiente Don Quijote, Fitzcarraldo, American Psycho, la ruta de Salamone, los Trópicos, Godard o Rayuela -vaga noticia de que se puede leer de muchas maneras-; sentías -según la exaltada cosmovisión en la que retozabas con la comodidad que da el saber que todos los que están sanos y se quieren a sí mismos hacen y piensan del mismo modo- sentías con fervor de mujer que pisa firme en el terreno que le dijeron que está bien, sentías digo que no entiendo qué te pasa, Pietro, no entiendo cómo te molesta tanto que yo quiera tener un hijo y cómo le das tanto valor a esas cosas que qué sé yo, no te das cuenta de que sí, como todo, el libro lo leés y ahí quedó, vos a mí me parece que te gusta todo lo que está muerto y no te das cuenta de que yo amo la vida, no te das cuenta ¿no entendés?, y llorabas y empapada en moco hace dieciocho años me enrostrabas tu modelo legitimado de empleada junior full time sueldo por depósito bancario a cambio de mi afición de vieja clase media al conocimiento autodidacta y hoy veo que al pedo igual; te arrojabas con ansia de sujeto pasivo de salvataje heroico a los pozos decolorados de la tragedia más doñarrosa mientras te escuchaba desgranar lo que decían era el Mundo desde tu diccionario colectivo afectado de parálisis, y entonces yo creía que nadie iba a quererme nunca y así pasó, hasta hoy mismo dieciocho veinte años, hoy presente desconsolado en que, mientras postulan mi locura, desean poder entender lo que yo entiendo pero qué lástima por mí y qué bueno y quizás a la vez qué pena por él, él tuvo la suerte de no tener que educar y alimentar y todo a dos tres hijos y tiene tiempo para eso, yo también si tuviera tiempo claro que me gustaría sentarme a leer un libro, pero vos, Pietro, no te das cuenta de que no todos pueden vivir como vos, principalmente porque vos no estás casado ni tenés hijos. Vos dame a mí llegar y no tener nada que hacer y ahí te leo todo lo que quieras, te miro todas las películas que quieras y me siento a hablar no sé qué que querés que me siente a hablar con vos, Pietro.