sábado

Soretes

El que me negó ayuda cuando estaba muy mal.

El que me dejó porque estaba muy mal.

El que dijo que, como yo había crecido sin afecto, no podía dar afecto a nadie.

El que invitó a un amigo y le habló pestes de mí.

El que, para no comprometerse, sigue relativizando la psicopatía de mi padre.

El que logró que estuviera de su lado y luego volvió al lugar de donde venía.

El que me dio su amor, y porque no lo correspondí tomó represalias.

Mi madre, a quien el psicópata dijo que estoy muerto, y entonces no me reconoció.

El que me ofreció su mano para trabajar par a par, y después no trabajó.

El que consideró que, desde una evaluación de costo-beneficio, mi presencia no convenía.

El que me quiso estafar.

El que tiene pensado estafarme, pero no todavía, porque según su visión "no es el momento".

El que me cambió por otro que le redituaba.

El que no quiso entenderme, porque no le convenía la verdad.

El que relativizó mi verdad, a partir de mis aparentes "problemas".

El que dejó que otros se contaminaran con su misma dejadez ausente de solidaridad.

El que, a espaldas de mi apoyo, volvió a besar la mano que lo quiso matar.

El que consideró que mi apoyo no tenía valor porque soy un hombre débil.

El que, para no entenderme, dijo que yo "pongo una barrera" entre ambos.

El que me alentó aun sabiendo que las razones de mi desaliento son las mismas que a él lo encumbraron.

El que, para prevalecer sobre sus miserias, sostuvo que no soy inteligente, sino "leído".

El que no dudó en desplegar acciones tendientes a sepultarme, en cuanto creyó que había una oportunidad.

El que me comparó con un viaje en taxi, y luego me dijo que "si el chofer conduce mal, yo ME BAJO".

El que intentó que mi novia me dejara.

El que me olvidó luego de que me fuera.

El que hoy pasa Navidad sabiendo que estoy solo en algún lado, y no le importa.

El que me envió un correo colectivo de augurios de Felices Fiestas sin el menor interés por dirigirme un saludo personal, porque entiende que ese saludo personal le demandaría un esfuerzo superior al beneficio que le reportaría mi devolución.

El que legitimó con su opinión y sus actos a todos los anteriores.



Hoy es mucha la mierda que festeja.-


viernes

Críticas de cine para la clase media


Freud (John Huston,1962)

          Una película como para si querés de pronto ver algo un poco "más", pero te tiene que gustar; si no, no: eso lo tenés que tener en cuenta a la hora de sentarte, porque ojo que hay que sentarse y ver la película tranquilo sin nada y sobre todo nadie que te moleste ni nada. Montgomery Clift se nota que era realmente un verdadero galán de los de antes, pero en la vida real estaba enfermo en ese momento (con decir que, mientras se hacía la película, la productora parece que le hizo varias veces juicio porque no podía ir a filmar a la hora que tenía que ir o los días que tenía que ir).

          Todos actúan muy muy bien, se nota que actúan bien. Sirve sobre todo para saber no solamente el nacimiento de lo que sería la Psicología y demás, sino que también uno termina dándose cuenta que es muy posible estar y ver durante dos horas una película que no tiene nada del otro mundo con respecto a todo lo que es efectos especiales ni nada de eso. Si bien es en blanco y negro y casi no tiene música, es increíble cómo se pasan volando las dos horas, porque te digo que te atrapa. Yo a mí por lo menos me encantó, me la devoré como me pasó con el Caballo de Troya, pero ahí era el libro, algo similar.

          Con Luciana mi mujer buscamos por Internet y vimos que un filósofo que vimos cada uno por su lado en el Ciclo Básico que no viene al caso pero es más que interesante saber que es nada más ni nada menos que "Sartre" escribió el primer guion de la película, pero que lo rechazaron por ser demasiado largo, y que hete aquí que la protagonista sacando Freud para él (o sea, para Sartre), tenía que ser Marilyn Monroe, mirá, pero se ve que tampoco lo dejaron porque aparece en realidad otra muy distinta.

          Después la verdad terminamos de buscar porque si bien era viernes, ya era tarde, no dábamos más y habíamos dicho de ir al supermercado el sábado antes del mediodía ahora que el auto anda bien.


Más o menos de qué se trata: Es la vida de Freud. Bah, una parte.

Calificación: Y, para ver con los chicos no es. Más que nada porque se aburren, no por otra cosa. Y también tenés que estar descansado y con ganas, porque te perdés muchas cosas si no.

Precio de la entrada: Depende, porque no la dan en todos lados. Tenés que agarrar el momento que la den en algún lado, porque además por el año es vieja, no es una película de ahora y ponele la firma que en un cine común no la vas a encontrar, ni siquiera uno de barrio si es que queda. Por ahí quizás en algunos lugares así selectos se puede alquilar, no sé, o quizás bajar de Internet, pero para bajar algo de Internet hay que tener cuidado y por sobre todas las cosas hay que saber. Nosotros la vimos de casualidad empezada por el cable; yo iba a cambiar pero Luciana me dijo "perá perá, éste es uno que le gustaba a mi tía Aurelia, ¿cómo se llamaba?"; yo te digo igual nunca lo había visto en mi vida, pero mientras tanto que ella pensaba sería quizás lo que no había propaganda, no sé, la cosa que nos terminamos enganchando y casi ni comimos, pero la verdad que bien, valió la pena. Igual terminamos un poco cansados, de a ratos se hace un poco densa.

jueves

Impresiones de un par de hijos de puta

          Parece ser que, cuando me enojo, se me afina la voz y entonces hablo con alguna afectación de clase alta o algo así. No digo, por ejemplo: "La reconcha de tu hermana, sorete, salí de acá porque te hago cagar". Digo, con muchos picos de entonación ascendente y matiz de flauta traversa: "Pero, ¿cómo puede ser? ¿De dónde es que elucubrás esa idea? ¿Realmente ése es tu pensamiento? ¡Dios mío!", y a continuación me persuado -por poner un caso- de que haber dicho "elucubrar" fue en ese contexto un acierto de construcción oracional y hasta una verdadera agresión a mi interlocutor.

          Claro que a los pocos minutos caigo en la cuenta de que nada de eso causó ni el más mínimo efecto de deterioro en la entereza espiritual del primate que, todas las veces, termina pisando el campo mancillado de mi dialéctica vencida.

          Hay por lo menos dos personas que, a la manera inmunda de la sobremesa, me han hecho notar esta inutilidad de mi condición.

          Una, por supuesto, es mi padre, para quien esas chillonadas ilustradas siguen siendo un signo evidentísimo de mi vulnerabilidad. Los elementos que componen la verdad emitida de esta crueldad son también dos: su carisma y el caso consecuente que le hacen los demás, que completa el proceso de legitimación de ésta y muchas otras de las incontables barrabasadas a las que su orientación mórbida lo aficiona.

          El otro es un hijo de re mil putas que, a través de los años, se manifestó como un oportunista inteligente y refinado, que de todo hace evaluación "costo/beneficio", minimizando costos y alejándose permanentemente de toda ética a favor de la obtención de quantums de placer. Este sorete que hoy cuenta billetes de estafa me dijo una tarde: "vos pisás débil, y por eso cada vez que vas con una mina los tipos le gritan cosas"; y otra: "yo sabía que te iba a tocar la colimba un año antes del sorteo, porque vos tenés cara de hacer el servicio militar". "No es que no tengas razón; en realidad no importa si tenés o no tenés razón: lo que interesa es si te hacés valer o no, y vos no". Este modelo terminado de amo hegeliano cree que todos los demás, salvo algún dotado que lo llena de placer, son unos pelotudos, y que como castigo hay que exprimirlos para alimentarse de su carne, de su dinero y de su trabajo de pelotudo que trabaja. A las mujeres, por ejemplo, les dice: "Yo solamente quiero coger con vos"; y muchas se dejan garchar ahí nomás, ya que les clarifica las cosas, y le entregan el orto que él les hace nada más que para lograr una humillación completa, iluminada por los soles del goce ingenuo de la puta o la entregada. Como es una mierda, probablemente si lee esto le tire un virus a la página. Si hace eso le voy a desear que se le prenda fuego la casa, porque me di cuenta de lo sorete que es. Desde hace poco, como débil que él me enseñó que soy, le estoy deseando también la muerte. Vas a ver, hijo de puta, yo no voy a hacer nada y te vas a morir como un perro con sarna avanzada. Los negados de la mano de Dios matamos con el pensamiento.

          Tanto el psicópata de mi ex padre como esta mierda a la que me acabo de referir se llevaban bien en su tiempo, y hasta el día de hoy se ponderan esplendores de supervivencia el uno al otro, y en la mutua consideración y la distancia también se respetan, porque cada cual tiene su carácter y en todo caso es Pietro el que no tiene las bolas para imponerse.